sábado, 2 de enero de 2021

A vueltas con los objetos y con el "orden" y el respeto.

 Las cosas tienen vida propia, no como la nuestra, porque no tienen cerebro. pero en cuanto las adquirimos, e incluso antes, comenzamos a pensar en ellas y así pasan a formar parte de nuestro sistema nervioso central, y por tanto de nuestro cuerpo, de nuestro ser, como si fueran un periférico de un sistema operativo, de un sistema nervioso central, y de este modo les damos una energía que se suma a la que ellas ya tenían. 

Con esta energía que ahora poseen van acomodándose en el espacio y buscan por ellas mismas su lugar en el mundo, así una bonita jarra para el agua, puede ser colocada una y mil veces como adorno en el centro de una mesa de comedor, pero ella, no se sabe muy bien con qué métodos, acabará dentro de la nevera, o junto al grifo donde es llenada, o en la mesa de estudio donde más se vacía.

Digo todo esto por las personas "ordenadas" que luchan inútilmente contra el desorden, que es la esencia misma del universo conocido, que luchan contra el caos sobre el que este se asienta. 

Cuando estas personas sueltan su famosa frase "Un lugar para cada cosa y una cosa para cada lugar" no tienen en cuanta la opinión de las misma cosas, que tienen su propia existencia y su voluntad, y así intentan interferir en vano en la naturaleza del universo, de la que los objetos forman parte y en el desequilibrio que hay en todo los procesos, que hace que todo fluya evolucione y viva.

Hay que dejar en paz a las personas, a los animales, a la naturaleza, a los objetos  ¿Cómo va a haber silencio, tranquilidad y paz en el mundo si no hacemos mas que llevarle la contraria y vivir en contra de todo él? hay que dejar que lo que existe tenga su propia existencia respetando su propia voluntad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario