Queridos amiguicos, algunos ya sabéis que soy vegetariano y que lo soy porque los gatos sueñan. Dejando esto aparte, me veo por razones laborales a vender mucha carne en mi puesto de camarero. Por supuesto no me meto nunca en las opciones personales de los demás, aunque como ser diverso que soy agradecería que cada vez que el tema saliera no se me intentara convencer de lo que no pienso.
Lo que peor llevo de esta situación tan contradictoria es tener que tirar la carne que sobra en los platos así que muchas veces, cuando el cliente es habitual y ya tenemos cierta confianza, si veo que se dejan un trocito le digo
- ¿Y ese trozo, no se lo va a acabar usted?
- Es que no tengo mucha hambre
-Venga, haga un esfuerzo, insisto, no quede mal por tan poco que si entro en la cocina con un plato que no está vacío la cocinera se pone triste.
Y entonces el cliente se acaba el filete o lo que sea que se esté comiendo. Si por lo que sea veo que e deja mucho directamente se lo envuelvo para llevar, porque me parece que ese sufrimiento animal, ya que no se va a evitar tiene que servir al menos para algo.
También me veo, y aquí empieza la historia de camarero con personas con las que tengo conversaciones como esta:
- Qué tomará de segundo señora?
- Un cachopo, pero ¿me lo podrían hacer sin queso?
- Pues me parece que va a tener suerte porque no hay mucha gente y está la cocinera acabando de prepararlos, así que si no ha acabado se lo digo
- Oiga oiga, y ya que lo están preparando ¿No me lo podrían hacer también sin jamón?
- Por supuesto ¿Quiere que le quitemos también el pan rallado y el huevo? le digo irónicamente mientras pienso "no puede ser que me diga que sí, a ver si es capaz de deconstruir por completo el cachopo "
- Anda, pues ya que me lo dice, contesta ella.
- Entonces señora, nos queda un filete ¿Cómo querrá usted el punto de la carne?
- Pues poco hecho pero que no se vea sangre
-Eso, discúlpeme que se lo diga señora, pero es un filete al punto
- Vaya hombre, siempre me dicen lo mismo en todos los restaurantes, como si no conociera yo los puntos de la carne.
- Muy bien señora, pues entonces un filete poco hecho pero que no sangre, le canto mientras apunto: filete al punto.
Realizado el interrogatorio me dirijo al borde del bajón de azúcar a la cocina donde canto la comanda, por suerte cuando salen los segundos de esa mesa y le digo a la señora:
- Aquí el filete poco hecho pero que no sangre, ella me contesta
- Muy bien, en esta restaurante saben lo que hacen
Y yo sigo con la faena preguntándome ¿Qué proporción de gente habrá en el mundo que sabe lo que hace y que trabaja para hacer su trabajo y el de las personas que no saben nada, y que son las que hacen que todo este edificio no se caiga a pedazos?
En fin queridos amiguicos, no os voy a decir que dejéis en paz a los bichos, porque eso es cosa vuestra, pero si no podéis evitarlo, no seáis como la gente que se deja carne en el plato ni como esta señora y tratad bien a los camareros, sobre todo si se ve que son camareros buenos aunque gordicos.
Que se me cumpla, amén
Un abrazo y salud.
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