Siento un tajo cálido y profundo en mi mejilla izquierda que se hunde en el pómulo, bajo el ojo
Intento alejarme y me doy cuenta de que ya estoy lejos, la distancia es la herida
Si me acerco la navaja hurga en la herida, toca en el hueso y oigo en mi cabeza la raspadura de un punzón contra el cemento
Si me alejo el aire pútrido infecta la tajada y la deja purulenta y tumescente
Me quedo paralizado por el miedo, y siento la angustia intensa de estar atrapado entre dos puntos separados por una lejanía insalvable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario