Te veo y me cuentas que te has vuelto más sabia, capeando el temporal del que ambos estamos saliendo, por fin, separados.
Pienso que eso es sólo experiencia, esa que se va adquiriendo, se quiera o no, con el paso de la vida y del tiempo
Para tener sabiduría hace falta un poco más de sufrimiento, ese que tú entierras bajo la meditación y las asanas
A día de hoy ninguno de los dos sabemos qué fue lo que te pasó
Y es que nadie conoce su propio pasado
La memoria está enlodada como el parabrisas de un camión tras una tormenta de barro
Sin saber qué ocurrió viajamos a tientas
Sin conocer el punto de partida es difícil saber si se ha llegado a alguna parte.
Aun así, hay quien no ve las bolsas de aire que atrapan los árboles entre sus ramas para lavar con ellas, como si se tratara de húmedas esponjas, el polvo adherido al envés de sus hojas más interiores, esas a a las que no llegan la brisa, ni la lluvia , ni la luz del Sol.
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