Los recuerdos no tienen temperatura, sólo un color de fondo, una especie de filtro fotográfico con el que los vemos.
Algunos de ellos son capaces de excitar el cuerpo e incluso se pueden utilizar para ello.
Un tipo de recuerdos llevan a otros similares, aunque sólo los nostálgicos se mantienen en la mente por tiempo indefinido.
Sin embargo los recuerdos eróticos incitan al onanismo y por este medio, puede salir la energía sobrante sin llegar a envenenarnos.
Para la tristeza no existe válvula de escape prevista de forma natural, ni orgasmo que la alivie.
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