jueves, 9 de junio de 2016

Las dos caras de la moneda.

 Normálmente nos decidimos por el placer que como sabemos tiene el dolor como su inevitable consecuencia, así que preferimos primero el placer y después sus consecuencias. Placer y dolor forman parte de la misma moneda.

  Los practicantes de ciertas modalidades sexuales,sin embargo, prefieren actuar a la inversa, se procuran dolor, con su correspondiente dosis de adrenalina y dejan así para el final el placer, que llega inevitablemente después, aunque sólo sea como ausencia de dolor que ellos mismos se procuran.

  Esto es como poco curioso y me hace pensar que al final llegamos siempre al contrario del contrario y viceversa, sea lo que sea que hagamos. Estamos atrapados en la dualidad de las cosas, qué se va a hacer.

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