lunes, 9 de mayo de 2016

Bus

 

    Una bella carrera hasta el bus que hoy cumple con su frecuencia escrupulosamente. Para en su sitio con la misma delicadeza con la que después arranca.

    El conductor sonríe amable y nos da a todos los buenos días.

    Hay muchos asientos vacíos y nadie va de pie. Elijo un asiento al fondo y veo desde allí, que todo el mundo respeta la norma de dejar disponibles los asientos delanteros para las personas con problemas de movilidad o para las mujeres embarazadas.

   No hay ni un solo movimiento violento. Los asientos se vacían y se llenan con una precisión mágica y en todo el trayecto la gente va cómoda, sentada y segura.

    La suavidad  de la conducción, sin volantazos, frenazos ni acelerones violentos es perfecta. Por fin llego a mi destino, una parada impecable hace que baje del bus tranquilo y satisfecho del servicio pagado.

    Todo esto puede parecer extraño pero es que, en mis sueños, todo está diseñado para la comodidad del ciudadano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario