En mis sueños nado bajo
una enorme ballena azul que me acaricia con su vientre blanco y calloso.
Me siento orgulloso,
seguro y protegido cuando emite sus bellos y profundos sonidos que abaten mis
penas y mis miedos, haciendo vibrar mis entrañas y golpeándome en el justo
centro de mi corazón.
Me giro hacia arriba y le
devuelvo la caricia a mi madre con mi tripa blanda y todavía suave y así, hacia
arriba, en mitad del agua inmensa del océano, velado por la gran sombra de mi
madre, imito su canto y por primera vez veo el sol.
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