En mis sueños mi gata se hace gigante y va caminando a Woodstock, donde de un solo bocado engulle a Jimi Hendrix con su Stratocaster y todo.
Ella se relame y Jimi
sigue y sigue tocando como un jodido poseso del demonio en el interior, lo que
produce en mi gata un suave y profundo ronroneo perfecto para sestear bajo el
sol.
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