martes, 25 de febrero de 2014

Sobre "LA Música"

  Todos sabemos muy bien o que es la música. Antes de que supiéramos hablar nuestras madres ya nos arrullaban cantando con ella y esos sonidos fueron a nuestros oídos y a nuestros cerebros lo que la leche materna a nuestras bocas o a nuestros cuerpos. Así que nadie necesita que venga ningún intelectual a que nos la explique.
 Nadie debería apropiarse de algo que existe desde los albores del ser humano y del reino animal, no olvidemos que muchos otros animales al igual que nosotros también arrullan a sus crías cantando como hacen los pájaros o las ballenas. pero de esta música, de la verdadera música, verdadera y esencial nadie habla.

  Sólo algunos antropólogos defienden ,muy científico-racionalmente, que la música, que fue antes que el habla (y que lo sigue siendo) fue una ventaja evolutiva para algunos seres humanos que sabiendo cantar y dormir de esta forma a sus crías tranquilizándolas con sus voces, sobrevivieron mejor ya que un bebé que llora es percibido por sus depredadores a kilómetros de distancia. Así que los que mejor cantaban sobrevivieron transmitiendo esta habilidad a sus descendientes perpetuando así las nanas y por tanto la música.
 Esta música atávica, trascendente y auténticamente humana está imbricada en nuestros cerebros de forma indeleble y la gran industria intenta aprovechar esta realidad para endosarnos sucedáneos cada vez más ominosos que nunca podrán llegar a tocar ese estrato de nuestra alma. No les hace falta llegar tan hondo, les sobra con llegar un poco más arriba, al bolsillo.
    Pocos "artistas"  de los que están a la venta llegan allí porque lo que de ellos nos ofrece la industria no es verdadero, no es su verdad, no parte de allí, de la esencia de un ser humano que lanza su verdad como un arrullo, como un golpe, como un grito, como un susurro un suspiro o un alarido auténticos llenos de verdadera emoción energía y sentimiento. Son pocos estos artistas  porque es esa misma élite que maneja la música comercial  la que se encarga de ahogar sus voces.
Ya sabemos hace mucho que esto es innegable y también inevitable pero ahora que ya somos conscientes creo que debemos intentar, primero por nuestra  propia salvación como seres humanos, disfrutar de esa música y  después transmitirla para evitar que se pierda entre todo ese ruido tan, tan,tan espectacular.
Aquí os dejo algo. Tomad aire y daos a vosotros mismos este momento. Solo hay veintiocho segundos de presentación de los interpretes.


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