domingo, 21 de julio de 2019

Historias de camareros 87 "El tren"

Llega un grupete de nueve personas casi nada más abrir, a eso de las ocho de la noche de un jueves.
- ¿Querían cenar? pregunto
- De momento tomar algo, y si eso, ya luego cenar
-Pues si de momento no van a cenar, si no les importa, siéntense en esta mesa de aquí de la entrada, es que as otras están montadas y reservadas para cenar
- Muy bien, contesta la chica que lleva la voz cantante cogiendo unas cartas de la barra.
Cosa extraña para un jueves de verano, el comedor se anima y entran seis, y cuatro, y la reserva de cinco que ya teníamos, y luego dos, así que ya estamos dando diecisiete cenas, bueno, me las estoy dando yo solo, muy tranquilamente y muy a gusto.
Cuando ya todas las mesas están acabando de cenar caigo en la cuenta de que en la entrada hay nueve personas que puede que cenen y puede que no, y como la cocina está a punto de cerrar vuelvo a su mesa y me dirijo a ellos diciendo:
- Si pensaban cenar este es el momento, se lo digo para que les de tiempo,  porque dentro de poco la cocina cerrará
- Muy bien, muy bien, vuelve a decir la chica de la voz cantante
Pasa un buen rato y como no dicen nada la cocina cierra, y justo antes de que la cocinera apague la plancha la chica de la voz cantante se acerca con un papel con un pedido para cenar.
- Creo que la cocina está cerrada, pero voy a preguntar a ver si hay suerte. ¿Se acuerda de que hace un rato les he avisado?
- Sí, si es verdad, a ver si hay suerte, dice ella
Entro en la cocina y hablo con la cocinera que abre de nuevo la cocina, y entre los dos decidimos que estos nueve son ya los últimos, porque es ya muy tarde.
Servimos las cenas y noto como los nueve, tras acabar de cenar, comienzan a apalancarse peligrosamente, Les retiro los platos y les pregunto si quieren café , a lo que la moza de todo el rato me dice:
- Si eso ya luego decidimos , a lo que yo contesto
- Tiene que ser ahora, es que es jueves y ya es tarde, no tardaremos en cerrar.
 Piden los cafés y se los toman , los demás clientes abandonan el local, pues son más de las once,y media  y vuelvo a sentir que los nueve van hundiéndose en sus sillas a peso mierda. Como ya es tardísimo y esto ya hace tiempo que esto se parece una de esa bromas radiofónicas llamadas "prueba de la paciencia", porque estos señores están haciendo mi horario laboral y más allá,  me acerco a la mesa con la factura y utilizando uno de mis infalibles trucos de camarero les digo:
- Lo siento señores, es que es muy tarde y tengo que coger un tren
-  ¿Un tren? Uy,ya no vamos, no nos habíamos dado cuenta de lo tarde que era, dice la de la voz cantante. Se levantan, pagan y se van. Pero no por irse dejan de dar problemas, ya me lo decía mi padre cuando tenía su bar "Hijo mío, hay gente que molesta desde mucho antes de venir hasta mucho después de irse" y qué razón tenía
Recojo la mesa y veo que faltan diez euros. Salgo a la puerta, donde el grupo sigue remoloneando,  con el plato del dinero y con el ticket y les digo
- Disculpen, faltan diez euros.
- Anda ¿quién  no ha puesto? Zutanito seguro que no has puesto tú
- Pues es verdad, dice Zutanito, no me he dado cuenta.
- Claro claro, le espetan sus compañeros
Zutanito al fin paga y algo avergonzado el grupo se va.
Dejando a un lado el "despiste" de Zutanito, que me podía haber metido en un lío porque hubieran faltado diez euros de la caja, quiero hacer notar aquí la maestría de mi truco del tren. Hace años ante una situación con clientes inamovibles apelaba a la empatía de estos y les decía que era tarde, que tenía que irme a dormir, que había quedado con una novia, que tenía un examen, que hacía dos horas que teníamos que haber cerrado, que tenía que ir al hospital  o cualquier otra cosa,  pero descubría una y otra vez, con gran tristeza, que el descanso normal y la vida privada de los camareros se la soplaba a este tipo de  clientes tardones, así que un día acerté con lo del tren y he utilizado esta excusa en múltiples ocasiones siempre  con el apoyo y con el permiso de mis jefes.
Y siendo esto así, yo me pregunto ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que la gente entienda que se tiene que ir porque el camarero tiene que coger un tren pero no se vaya si le dices que llevas dos horas contemplándoles fuera de tu horario de trabajo?
Esto, queridos amigos, nadie lo sabe.
En fin, menos mal que existe la R.E.N.F.E.

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