lunes, 23 de marzo de 2015
Piedra
Soy una piedra redonda con la base plana y caigo en medio de un océano calmo y claro.
El día es soleado y la temperatura del agua óptima
Mientras me hundo más lentamente de lo que mi peso recomienda, plácidamente, veo el sol caer a través del agua rompiéndose en fabulosos rayos de intensas irisaciones.
Diversos animales acuáticos se interponen ahora en mi visión y veo sus panzas como antes en la tierra veía las de las nubes. Bandadas de peces, ballenas con sus crías, larguísimas serpientes marinas, elegantes pulpos y algún caballito de mar.
Continúo cayendo, la temperatura baja un poco, siento una sacudida en la base, parece que he llegado al fondo. Noto como la gravedad del planeta me fija a él como un potente imán y así es como al fin me quedo descansando, sin pensar más en nada, disfrutando por fin de la paz y del espectáculo para siempre.
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