Ya, ya, ¿pero
qué pasa cuando la tristeza es tan intensa que no te deja dormir?
Aunque
mantengas el tipo y nadie se dé cuenta o aunque los demás se den cuenta y crean
que estás triste porque tienes problemas económicos o roces con tu pareja —que también
podría ser—, cuando esta tristeza, que es como un mar de fondo que llevas
dentro y que no cesa, se apodera de nuevo de ti, a los pocos días de no poder
dormir, como digo, a veces, cuando recuerdas algo o a alguien, te das cuenta de
que ese recuerdo no es real. Es un trozo de sueño que no recordaste al despertar
y que aflora de repente en ese momento preciso. O puede que quizá la mente siga
soñando siempre, en todo momento y que no nos demos cuenta, igual que la Luna
sigue en el cielo aunque no la veamos durante el día a causa de la luz de los
rayos del Sol.
Debe de ser en
estos momentos de tristeza extrema, debido a esta sensibilidad especial, cuando
podemos ver esos sueños constantes que normalmente no podemos percibir a causa
de la intensidad de los sentidos plenamente despiertos.
Dicho esto,
sería bonito que inventaran unas gafas especiales para poder ver la Luna
durante el día, que discriminaran los rayos del Sol. Algo así como unas gafas
de “visión diurna”.
Los primeros en
probar estas gafas para comprobar sus efectos sobre los humanos deberíamos ser
las personas que soñamos despiertas. Ya que no podemos evitar este defecto
tendríamos la oportunidad de tener más horas de Luna y conseguir que nuestra
naturaleza estuviera más en armonía con el mundo y más en paz.
Una vez
comercializadas las gafas de visión diurna la humanidad, o parte de ella,
podría ver la Luna siempre y con esa referencia inmutable algunos nos
sentiríamos más acompañados, menos solos y por fin menos tristes.
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