1513- Recuerdo que mi padre, a veces, cuando de niño le contaba mis problemas al final del día, me decía: “Anda, duérmete, que de noche se ve todo muy negro”. Siempre le agradeceré que no quitara importancia a mis problemas y que me diera una solución para todos ellos, pues, por la mañana, el cerebro había hecho su trabajo y el sol iluminaba la situación desde otra perspectiva, desde luego, mucho más luminosa.
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