Me siento a escribir y a mirar a otros ancianos y me pregunto ¿Cómo lo hicieron ellos?, como todo el mundo, de milagro, supongo.
Así que es el ser humano el que obra el milagro de la supervivencia, de transformar su esfuerzo en peces, en vino, en pan o en todo aquello que necesite, a diario.
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