Cuando uno sufre una depresión, por ejemplo, los demás se alejan, no pueden soportar ese dolor ajeno, que les recuerda además lo que podría pasarles a ellos mismos y por eso se alejan.
Esto provoca más dolor en el sufriente, lo que aumenta el rechazo de los otros y hace más profunda la soledad, que sique creciendo hasta que el aislado pierde todo contacto humano y las ganas y la capacidad de estar con los demás, lo que produce más dolor, lo que nos devuelve al principio de este escrito, donde empieza y se cierra el círculo del aislamiento.
A lo anterior sólo hay que añadir que para que haya un aislado tiene que haber muchos aislantes, y que el islado al final se acostumbra al círculo como quien se acostumbra a trabajar en un barco pesquero, pero sin nadie a quien volver cuando acaba la faena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario