miércoles, 1 de marzo de 2017

Ancianos


Cuanta sapiencia atesoran los abuelos, pienso cuando veo a uno de ellos salir del edificio de la piscina cubierta y encender un cigarrillo mientras mira al cielo y le da una increíble calada que dejaría sin aliento al más pintado y expulsa luego el humo de su cuerpo  con inmensa satisfacción.

Un poco más tarde, sin embargo, mi fe en la tercera edad está a punto de derrumbarse cuando veo a una señora golpeando la puerta de "Bloody Mary Tatoo" en la que cuelga un gran cartel de "Vuelvo enseguida" ¿Qué le irá a preguntar la señora a la tatuadora? ¿Será una de esas ancianas que entra a los comercios a que le entretengan? ¿Le preguntará acaso si venden pinturas para los nietos mientras le enseña a su pobre víctima fotos del "Was" en el móvil?

Vencido por la curiosidad me paro a ver que se cuece y en ese momento llega la tatuadora con un café .
Comienzan a hablar y ante mi  asombro veo a la señora que se señala, mientras le habla a la chica, las cejas ¡claro! ¡cuánta sapiencia! la señora está harta de pintarse las cejas ya despobladas y busca muy acertádamente una solución de por vida.

Me ratifico entonces en mi primera impresión ¡cuanta sapiencia atesoran! y es que más sabe el viejo por viejo que por santo.



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