Queridos amiguicos, algunos ya sabéis que muchas veces digo que mejor que un macho alfa será siempre un hombre bueno aunque gordico como yo, y que siempre he temido que perder peso podía hacer que se evapora mi bondad y se esfumase mi tranquila conciencia. Por eso todos estos años no me ha importado empapuzarme de rosquillas, no fuera a ser esto cierto.
Pues bien, hermosos, por una serie de causas que no merece la pena nombrar, estos últimos meses he perdido algo de peso y me hallo ante un abismo, qué miedo tengo.
No se puede decir que sea un hombre flaquico, porque cuando uno es de caderas y de hombros anchos, por muchos quilos que te quites de encima, nunca se te quedará el tipín de Paul Newman, pero se me caen los pantalones, lo que pa mí es mucho.
Y aquí llegamos al lugar al que quería yo llegar, queridos todos, si en algún momento veis que me comporto como un tontolaba de macho alfa, no me digáis nada pero echadme unos cacahuetes o algo.
Que me sea posible ser un hombre bueno aunque no tan gordico y que no tengáis que echarme unos cacahuetes o algo, que se me cumpla, amén.
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