Voy en un tren regional entre Zaragoza y Vila-Seca. Hay una
señora que sube al tren en todas las paradas y que siempre mira mi bocadillo con
envidia y con recelo.
No hablo en sentido figurado, no digo que suban mujeres que
se parecen. Digo exactamente lo que he dicho. Digo que la misma mujer gorda y
mayor sube por la puerta de mi vagón en cada estación.
Sé que no estoy loco, al menos de momento, así que solo se
me ocurre una explicación plausible: que también baje la señora en todas las
paradas por la puerta de otro vagón para volver a subir por la puerta del mío y
hacer como que coge muchos trenes, como que viaja mucho desde muchos lugares diferentes.
¿Lo hace para aprovechar el viaje? ¿Se aburre? ¿Es
supersticiosa y cree que si no sube y baja en cada estación el tren
descarrilará? ¿Está loca? ¿Se considera a sí misma una especie de superheroína
protectora del tren? Pero sobre todo, si es así, ¿por qué mira con envidia y
con recelo mi bocadillo cada vez? Al fin y al cabo no es una gallina y dentro
solo lleva queso.
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