Hace ya unos años, cuando vivía en mi antigua casa, veía en un edificio cercano a un hombre mayor, delgado, que vivía solo y que pasaba la mayor parte del día en su balcón, en una cómoda butaca, leyendo con su gato naranja, en verano prácticamente desnudo y en invierno bien abrigado.
Pensaba yo que aquel señor se recargaba con el sol tras realizar cada tarea doméstica, y le puse en mi cabeza el nombre de "el hombre solar". Un día, yendo yo a la compra lo vi volviendo del mercado del barrio, cargado con sus bolsas, y descansando de tanto en tanto, en su vuelta a casa también en cada banco al sol, lo que confirmó mi tesis.
Al mudarme le perdí la vista, pero hoy las circunstancias han hecho que me acordase de él. Había planeado yo dar un paseo por el parque y de camino me he sentido cansado, así que me he sentado en un banco al soleado, con la intención de volver después a casa. Tras un rato al sol me he sentido mas animado y me ha apetecido intentar dar ese paseo, y al dar la vuelta hacia la calle que desembocaba en el parque, he pensado que con los años me he convertido yo también en un hombre solar, así que tendré que buscar un balcón sin sombra, un gato naranja y tiempo, para recargarme al sol.
Foto del Sol de Wikipedia procedente de la NASA, dominio público
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