No se puede saber quién es uno, pero si podemos saber quiénes somos nosotros.
La herida, la soledad, la herida.
Los sueños son frases sin preposiciones ni adverbios de tiempo.
No sólo hay que saber estar, también, si se puede, hay que saber ser.
Se transmite, a veces el conocimiento, nunca la sabiduría.
Lo más importante es siempre lo que se nos escapa.
Comienzo a escucharte y pierdo la noción de mi propio tacto y mi vista se vuelca hacia mi interior para poder ver allí tus palabras.
Buenas noches, un abrazo
y salud.
Nota: sabemos quiénes somos nosotros por las cosas externas que nos unen, no por las internas de cada cual, que desconocemos.
Por eso, porque no podemos conocer el interior, no se puede conocer al individuo, ni tampoco el individuo puede conocerse a sí mismo.
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