Estamos rodeados de infinito, fuera en el universo, y en nuestro interior dentro de los átomos, cuyo espacio interior podría dividirse hasta el infinito. Todo lo que nos rodea, los objetos, los seres vivos están también llenos de infinito.
La única cosa que observo, y que en mi humilde opinión, parece no ser infinita es nuestra mente, y me pregunto ¿puede ser infinita la mente sin saberlo, sin conocer su propia infinitud? ¿Puede ser infinita una mente que ni siquiera se conoce a a sí misma? Aunque esto fuera así y nuestra mente, o incluso si se cree en ella, nuestra alma fueran infinitas, lo que no sería infinita sería nuestra conciencia, la nuestra, con respecto a ella misma, con respecto a los demás y con respecto a todo lo que pensamos y a todo lo que nos rodea, porque está claro que no somos conscientes ni siquiera de todo lo que podríamos percibir con nuestros sentidos, y mucho menos de todo lo que pensamos.
Puede que aquí esté, de nuevo en mi modesta opinión, el verdadero conflicto del ser humano, que se produce entre algo finito o limitado, que es la conciencia, y el resto de lo que existe, incluido nuestro cuerpo, que es, como todo lo demás, inabarcable desde la mente finita, porque no tiene fin.
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