miércoles, 14 de febrero de 2018

Violencia

Imagino a alguien que atraviesa al enemigo con su lanza. Esta es una escena que hace pocos siglos habría sido fácil de ver.

Hoy la violencia es psíquica, ya nos hemos acostumbrado a ella y no la vemos, o no la queremos ver porque, cuando el uso de ansiolíticos y antidepresivos aumenta, pensamos que es en gran parte por culpa del estrés, de la vida tan competitiva que llevamos y esto es cierto, pero una vez que llegamos a esta conclusión, ya no vamos un poco más allá en el pensamiento, para descubrir que palabras como estrés o competitividad, no son más que eufemismos de violencia.

Se dice que los animales salvajes como las cebras, no padecen estrés porque sólo huyen cuando los leones las persiguen y que nosotros padecemos estrés,  porque actuamos siempre como si siempre nos persiguiera un león. Nuestro cuerpo está siempre al límite, produciendo adrenalina, aunque el peligro haya pasado ya.

Esto es una falsedad y un engaño, porque el cuerpo humano reacciona ante la vida correcta e inconscientemente y si segrega adrenalina de forma constante es porque se siente en peligro constántemente, porque la existencia que lleva está llena de competitividad y de estrés, es decir, es en esencia, una vida violenta.

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