lunes, 7 de agosto de 2017

Siéntate a la orilla del río...


Trabajo de camarero en una terraza en la ribera del Ebro. Me da por pensar que esta es una buena ocasión para poder ver pasar flotando el cadáver de mi enemigo

Mientras limpio una mesa levanto la vista y le veo sentado en la otra orilla, esperando a que sea yo el que pase primero, flotando.

Creo firmemente que las dos caras de este proverbio son ciertas, así que, siendo consecuentes, todo acabaremos flotando, como es de justicia, ante los ojos de nuestros adversarios.

Cuando me llegue el turno ¿veré las nubes y las estrellas o el lecho del río? Me conformo con cualquiera de estas dos opciones, y a ser posible con las dos, alternándose las vistas, día y noche.

Lo único que pido es no tener que flotar en el río junto a mi enemigo, esto ya, sería demasiado.

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