viernes, 27 de julio de 2018

Genios

¿En qué gastaron su inteligencia los genios? En aquello que necesitaban para sobrevivir: en lograr el reconocimiento vital que sus progenitores no les dieron. En  alcanzar un éxito que les dierra la fama, a veces póstuma, que es sólo un mal sucedáneo del afecto, pero nunca, a pesar de su genialidad, consiguieron el insustituible amor primero.

¿Qué hubiera sido de ellos si hubieran sido debidamente atendidos por sus padres? Seguramente habrían sido mucho más felices y hoy serían desconocidos. Quizá se evaporarían de nuestros museos algunas obras de arte,  pero su talento, estoy seguro, tampoco habría caído en saco roto.

No quiero con esto justificar la infelicidad, aquella que lleva a la creación y al descubrimiento, sino criticar el sentido profundo de la fama que la humanidad arrastra desde su inicio como una lacra.

Si no se persiguiera la fama, que en realidad es algo abstracto y sin contenido, y se persiguiera el bien común, esos niños podrían haber sido felices con los cuidados parentales y podrían haber dedicado sus tremendas inteligencias a objetivos más útiles, a aquello que realmente les hubiera demandado la sociedad y no sus maltrechas mentes.

jueves, 26 de julio de 2018

Vejentud y compañía

Cuando uno es joven se buscan el amor y el sexo, e incluso crees que los encuentras, aunque son ellos los que le encuentran a uno. Todo es obra del reloj biológico.

Cuando uno es más mayor se conformaría con la compañía y si esta fuese buena se daría con un canto en las encías.

lunes, 23 de julio de 2018

A alguna parte

¿Pero qué es este limo que rezuma su hálito hediondo, abrasador y estéril bajo mis pies, como una corriente lenta de lava fecal?

¿Es acaso una alucinación de mi mente exhausta por mi propio pensamiento que no es otra cosa que el mismo tiempo?

Levanto la cabeza y veo sombras que se acercan sin ningún interés real en conocerme

Tras todos estos años arrebatados a la muerte, sobreviviendo con valor en la oscuridad, sólo pienso en acabar un día lejos de donde nací, como si hubiera sido capaz de llegar a alguna parte.


domingo, 22 de julio de 2018

Abajo

Los niños ondean en sus columpios como una colada tendida al viento de verano.

Ven el Sol acercarse y luego la tierra del parque gracias al adulto que los empuja

A veces se sueltan y se dan en el suelo con la frente o con la barbilla, entonces son curados y consolados

Pronto pierden el miedo y vuelven a mecerse contra el aire como las mazorcas de maíz, como las hojas de los álamos pero siempre vuelven a tierra firme, cada vez más encorvados, siempre a la tierra, cada vez menos arriba, cada vez más abajo, más abajo.

jueves, 19 de julio de 2018

Despertada

Esta noche he soñado, en un solo sueño, con todo aquello que he perdido :Allí estaba ella con nuestros tres gatos en la primera casa que habité de niño.

Llegaban al buzón paquetes y cartas remitidos,por la oficina de correos, desde todas mis direcciones posteriores y volvía cada tarde a mi hogar, desde paradas de autobuses hoy también desaparecidas.

Al despertar me hubiera cambiado por cualquier moribundo. Luego he pensado en huir de las desleales huestes humanas para ir a desaparecer a cualquier bosque.

Al fin he tenido que conformarme con salir a caminar, con buscar compañía en los gatos callejeros y con buscar palabras e imágenes mentales, con las que reconstruir sobre un papel parte de la vida que me falta, en la vigilia y en los sueños.

martes, 17 de julio de 2018

Llegas

Sigo esperándote como a la  lluvia de verano,  justo en el filo donde acaban las tormentas, entre la sed y el hartazgo

Llegas como las notas de un sitar en una noche campestre, atravesando azules campos de alfalfa y claros de bosque y de luna

Vienes para desenredarme los brazos de mi propia tela de araña

Me tomas en tus manos como si fuese agua y me prendes en tu blusa blanca, sobre el algodón de tu pecho azafranado.






Ascendencia, descendencia

Un cuerpo que sangra y se desgarra

Una madre está pariendo un ser perfecto, lleno de luz y de esperanza, con el que ella misma no podrá competir jamás

Para el niño el camino tampoco será mejor

La madre recupera en parte su vida cuando el crío crece, pero el tiempo ha sido también dividido por el parto con un precipicio colocado entre dos eras: Ates del niño, después del niño.

El niño es destetado y queda solo, y solo se hace hombre.

Si hubiera sido niña, al llegar a la adolescencia, quizá su madre habría compartido con ella el secreto y el sentido de la tragedia de la vida.

Nadie, en toda esta historia tejida de siglos, tiene culpa de nada

Así es como ha sido siempre y como seguirá siendo siempre, la naturaleza.

domingo, 15 de julio de 2018

Vejentud

A menudo bromeo con mis amigos sobre mi mismo Les digo que soy un anciano desde los ocho años, para su algarabía y regocijo.  Lo digo un poco en broma y un poco en serio, porque a esa edad estuve muy enfermo y pude experimentar, ya de niño,  cosas que se reservan generalmente, al menos en nuestro primer mundo, a los adultos.

Hago esta broma desde hace mucho tiempos, pero desde hace sólo unos pocos años me he dado cuenta  de lo que significa y de lo que llevo dentro:

Ahora tengo cuarenta y cinco años y aunque no sé lo que es realmente la vejez, la comienzo a ver en la gente que me rodea, en mis padres, en mis amigos más mayores y en los padres de mis amigos. A través de esta experiencia ajena revivo en mi memoria de niño que estuvo enfermo, la decadencia del cuerpo, la soledad, la impotencia, el miedo a la muerte, el sentimiento de angustia a causa del abandono de un  Dios inmisericorde, y la tristeza por la vida y por lo que se ha ya perdido para siempre de ella.

Esta claro que a los ocho años esa vida era muy corta, pero era sin embargo, al igual le ocurre al anciano,la vida entera, y esos sentimientos, desprovistos de los recursos que da la madurez, eran ya tan intensos como los que tiene el viejo, acrecentados en su caso por toda la profundidad que su experiencia y su memoria le otorgan.

Cuando tenía catorce años, en plena adolescencia, arrastrando la profundidad y la memoria  adquiridas por los hechos de mi vida, me decía a mi mismo " Si estoy así con catorce años ¿Cómo estaré con cuarenta?" . Mi profecía se cumplió y antes de los cuarenta tuve ya mi primera depresión importante. Ahora, con cuarenta y cinco, saliendo de la segunda me pregunto "¿Si estoy así a los cuarenta y cinco, cómo estaré a los sesenta y cinco?" y después pienso si seguirá  mereciendo la pena seguir así, viviendo.

Por eso a veces sueño con despertar, no tumbado en mi cama, sino en medio de un trigal de largos tallos, percibiendo el movimiento del viento, con su olor a verano y corteza de pino seca seca, y  el calor del sol y la caricia de sus sombras, a través del vaivén y de la promesa de nueva vida de las preñadas espigas.

Vergüenza

Vivir y llegar a sentir vergüenza de estar vivo.

Tener dentro un miedo antiguo de querer arrojarme al mar.

Ser presa de una memoria feroz que acude a la conciencia como un banco de peces, en oleadas.

Sé que el pasado no tiene cura, sólo se puede aprender a llevarlo prendido para siempre, con un alfiler en los pulmones.



sábado, 14 de julio de 2018

Dado por hecho

Pienso en ella y me sorprendo creyendo que ella también podría pensar en mí, pero en realidad sólo lo supongo, tomando,como si fuera un dato lo que yo imagino en mi cabeza

Sin embargo no sé si lo que hay en la suya, acompañando al recuerdo, más o menos débil que pueda tener de mí.

Nada sabemos de lo que se cuece en la cabeza ajena, pero todos suponemos que lo sabemos, es más, ni siquiera nos  paramos a pensar que lo que imaginamos sea sólo eso, una especie de ensoñación, una suposición, o un deseo.

Lo imaginamos, lo damos por hecho, y si después nos damos cuenta de la trampa en la que nuestra mente nos ha hecho caer, nos topamos de golpe con nuestra unicidad , con la conciencia de ser nosotros mismos .