martes, 14 de febrero de 2017
A media altura
Comienza el día y con él una nueva peregrinación hacia el refugio que es la noche, un eterno huir de la luz y de uno mismo a través de las imágenes contenidas en los libros, en la música, en los cuadros.
La vida se produce más o menos siempre a media altura, pero entonces aparece alguien que se eleva o que baja a lo profundo, se sale de lo corriente y le seguimos como si subir o bajar unos cuantos pisos fuera garantía de algo, y lo es, de hecho.
En esos pequeños viajes a veces nos hacemos daño pero lo volvemos a intentar, sin elección, sin poder evitarlo, porque está en nuestro instinto y sabemos que esa es la parte de la vida que hace que esta merezca la pena, que merezca la alegría y la pena de ser vivida.
lunes, 13 de febrero de 2017
Marché
Me marché para poder volver de nuevo al sol de invierno y a esta paz del que está exhausto y tranquilo por no tener ya fuerzas, ni objeto, ni sentido.
Puedo pasar las hojas, el viento y dejar que marchen todos mis pensamientos
Puedo pasar las hojas, el viento y dejar que marchen todos mis pensamientos
domingo, 12 de febrero de 2017
A cubierto
Como si todavía te tuviera, desacompañado vuelvo en tren y ya en la estación me entretengo, no quiero llegar todavía a casa.
Tomo un autobús urbano que recorre las calles heladas y llenas de agua y de viento.
Cuando llego ya no estás de nuevo, echo de menos tus manos, tu aliento y me pongo a cubierto.
sábado, 11 de febrero de 2017
Otro sitio
Sábado por la mañana,un perro tira de una anciana paseándola no sin esfuerzo.
En la calle de al lado ya llueve.
Huyo de los bares con televisión, lo que ellos son yo ya lo tengo olvidando hace tiempo.
Siempre quise tener una cabina de ascensor antigua de madera con su banco tapizado y su escritorio y morir allí aislado leyendo, negando el mundo y su sufrimiento absurdo.
Vivimos en los grumos de la memoria.
Busco una biblioteca o una librería para agarrarme a un libro ardiendo.
Todo al final se reduce a estar siempre en otro sitio.
En la calle de al lado ya llueve.
Huyo de los bares con televisión, lo que ellos son yo ya lo tengo olvidando hace tiempo.
Siempre quise tener una cabina de ascensor antigua de madera con su banco tapizado y su escritorio y morir allí aislado leyendo, negando el mundo y su sufrimiento absurdo.
Vivimos en los grumos de la memoria.
Busco una biblioteca o una librería para agarrarme a un libro ardiendo.
Todo al final se reduce a estar siempre en otro sitio.
Antepasados
Venimos de la muerte, del deseo, de la violencia y del sexo
¿Quién no tiene un asesino en su larga lista de ancestros?
La humanidad nos precede con su bagaje de sueños y sangre
Es fácil caer por la pendiente, perder el equilibrio, lo difícil es entenderlo sobreponerse y existir para los otros cuando llegan sus malos momentos sin quedarse cortos y sin excesos.
Venimos de la muerte, del deseo, de la violencia y del sexo
¿Quién no tiene un asesino en su larga lista de ancestros?
viernes, 10 de febrero de 2017
Todo el tiempo
Hay quien sufre todo el tiempo
Toca en un piano con las teclas cambiadas
Camina en círculo como todo el mundo pero vive sin gato
Espera respuestas a vuelta de correo
Vive la ausencia ajena y desea todos los labios
Sabe bien que para sobrevivir no hay que hacer nada que todo al fin pasa y en la espera convierte su llanto en un canto pleno y sublime.
jueves, 9 de febrero de 2017
Todo hecho
Ya está hecho
Dejarme llevar, no estar despierto
Madrugada hora incierta oigo hurgar al gato en su comedero
Caigo rendido a peso muerto, una canción me sueña, entro en un cuerpo
Amor absoluto, sueño eterno
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