El agotamiento se adueña de los pequeños seres que habitan el mundo,
Los manatíes mueren de tristeza varados en las playas, que las acogen llenas de calor y de paz.
El planeta emite, como hacen las ballenas, un triste llanto de apego que escuchan a través de la lechosa luz de las estrellas, los satélites y los cometas.
Pronto llegará la ayuda, le consuelan los demás cuerpos celestes,
Será de nuevo en forma de meteorito, como acostumbran a enviarla los dioses cuando juegan al billar con el Universo.
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