Que gran invento los bazares chinos donde se viven grandes emociones, se encuentran luminosos regalos para viejos amigos, donde se ven objetos asombrosos y se siente la emoción de ser espiado por agentes extranjeros y de burlar dicha vigilancia cuando esto es posible, agachándose para no ser visto o subiéndose a un taburete y agachándose a un mismo tiempo para no ser localizado cuando el chino echa pié a tierra para mirar por debajo de las estanterías y ver dónde andas por tus zapatos, o cuando salta por encima de las mismas para verte la cabecica.
Qué gran entretenimiento el ir los domingos de invierno de chinerías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario