martes, 31 de julio de 2018

Soledad e intimidad.

Me dice mi psicóloga que la soledad produce en las personas, cuando esta es muy prolongada, una sensación de vacío, así que, queridos amigos, ese agujero que todos tenemos dentro del pecho alguna vez se llama soledad.

Por otra parte me dice que la soledad se cura,o al menos se mitiga con la intimidad. Esta intimidad puede ser de pareja, pero también sirve la que se tiene con un amigo íntimo (De ahí el nombre de estos amigos).

Lo importante es tener a alguien que escuche, que sea testigo de aquello que necesitamos decir.

No estaría mal que estas cosas, que ya sospechas y que son tan obvias cuando las sabes, no te las tuviera que decir tu psicóloga con cuarenta y cinco años, y que formaran parte de de la enseñanza básica y de la cultura popular.

Así que, a tal efecto dejo estas palabras aquí por si a alguien le pudieran servir.

lunes, 30 de julio de 2018

Silencio y ruido

Podría decirse que el silencio absoluto no existe,  al menos para el ser humano,que está rodeado siempre de sus propios ruidos corporales, aunque el cerebro los discrimine.

Aunque parezca una paradoja, sobre este silencio absoluto inexistente, se dibuja el ruido, que es una especie de horror vacui sonico

En esta capa de falso silencio secundario, imperfecto y por tanto verdadero, se desarrollan la música, el habla, la escucha, la comunicación en definitiva.

Todo lo realmente importante se desarrolla sobre esta fina película de silencio: El amor, el desamor, el sexo, la muerte y el pensamiento.

Necesitamos un poco más de silencio, para que lo importante aflore.

domingo, 29 de julio de 2018

Explicación

El abandono precede a la soledad. Cuando esta se convierte con los años en una enfermedad, esta brinda al paciente una libertad desconocida.

Nadie pide aclaraciones  así que a nadie se debe ninguna explicación.

viernes, 27 de julio de 2018

Genios

¿En qué gastaron su inteligencia los genios? En aquello que necesitaban para sobrevivir: en lograr el reconocimiento vital que sus progenitores no les dieron. En  alcanzar un éxito que les dierra la fama, a veces póstuma, que es sólo un mal sucedáneo del afecto, pero nunca, a pesar de su genialidad, consiguieron el insustituible amor primero.

¿Qué hubiera sido de ellos si hubieran sido debidamente atendidos por sus padres? Seguramente habrían sido mucho más felices y hoy serían desconocidos. Quizá se evaporarían de nuestros museos algunas obras de arte,  pero su talento, estoy seguro, tampoco habría caído en saco roto.

No quiero con esto justificar la infelicidad, aquella que lleva a la creación y al descubrimiento, sino criticar el sentido profundo de la fama que la humanidad arrastra desde su inicio como una lacra.

Si no se persiguiera la fama, que en realidad es algo abstracto y sin contenido, y se persiguiera el bien común, esos niños podrían haber sido felices con los cuidados parentales y podrían haber dedicado sus tremendas inteligencias a objetivos más útiles, a aquello que realmente les hubiera demandado la sociedad y no sus maltrechas mentes.

jueves, 26 de julio de 2018

Vejentud y compañía

Cuando uno es joven se buscan el amor y el sexo, e incluso crees que los encuentras, aunque son ellos los que le encuentran a uno. Todo es obra del reloj biológico.

Cuando uno es más mayor se conformaría con la compañía y si esta fuese buena se daría con un canto en las encías.

lunes, 23 de julio de 2018

A alguna parte

¿Pero qué es este limo que rezuma su hálito hediondo, abrasador y estéril bajo mis pies, como una corriente lenta de lava fecal?

¿Es acaso una alucinación de mi mente exhausta por mi propio pensamiento que no es otra cosa que el mismo tiempo?

Levanto la cabeza y veo sombras que se acercan sin ningún interés real en conocerme

Tras todos estos años arrebatados a la muerte, sobreviviendo con valor en la oscuridad, sólo pienso en acabar un día lejos de donde nací, como si hubiera sido capaz de llegar a alguna parte.


domingo, 22 de julio de 2018

Abajo

Los niños ondean en sus columpios como una colada tendida al viento de verano.

Ven el Sol acercarse y luego la tierra del parque gracias al adulto que los empuja

A veces se sueltan y se dan en el suelo con la frente o con la barbilla, entonces son curados y consolados

Pronto pierden el miedo y vuelven a mecerse contra el aire como las mazorcas de maíz, como las hojas de los álamos pero siempre vuelven a tierra firme, cada vez más encorvados, siempre a la tierra, cada vez menos arriba, cada vez más abajo, más abajo.