sábado, 9 de enero de 2016

Churros



   Observo en la mesa de al lado la suicida dinámica de un grupo de señoras desayunando. El grupo va aumentando y cada una de ellas llega con su café con leche y con una docena de churros para el centro.

   Me figuro que es su forma de pensar que no se están pimplando una docena de churros cada una de ellas sola.

   La mente humana tiene muchas formas de autoengañarse y las señoras mayores las conocen todas, lo noto.

   No va con ellas ningún hombre así que me imagino que son, la mayoría al menos, viudas.

   Se acerca un señor mayor que entra a matar:

viernes, 8 de enero de 2016

El pinchazo



 Me ducho, me visto, y me presento a las ocho  de la mañana, en ayunas, en el ambulatorio,  junto con unas cuarenta o cincuenta personas más.

  Todos estamos allí, esperando para entregar nuestras muestras de fluidos corporales, en mi caso de sangre y a que nos llamen para pasar a la sala de extracciones. Miro a mis compañeros y veo que a todos se nos pone la misma cara de "perritos derrotados" ( como dice la canción)  en estas circunstancias. Así sigue la historia:

- ¡Enriqueta Artiach!, dice a voz en grito la enfermera. ¡Enriqueta Artiach!,¡Enriqueta Artiach!, ¡Enriqueta Artiach!, repite una y otra vez, antes de que me dé tiempo de acercarme a la mesa donde entregar el volante y deshacer el equívoco.

miércoles, 6 de enero de 2016

Como un gato al sol




  Como un gato al sol observo lo que lleva la gente. Hay quien lleva perros y quien es llevado por ellos, hay quien lleva un instrumento musical sin ser consciente del peso que se ha echado encima.

  Hay quien lleva una mirada perdida y hay quien lleva  encima una vida perdida.

martes, 5 de enero de 2016

Suelo



  El suelo de la calle ya de por si sucio se ennegrece más al caer el Sol y con ese color pesado sigue ahogando mis pies.

 Luego, gracias a las farolas, comienza a brillar como el azabache con una luz mayor que la que le otorga el día y con los focos amarilleando el aire sobre él, se siguen proyectando las sombras, ahora más concretas y más tenues, de los autobuses y de la gente.

 Hago un esfuerzo y atraído por una fuerza antigua, salgo del bar donde escribo para callejear y ver entre los tejados la Luna llena.

lunes, 4 de enero de 2016

Emerger

 

 Emergencia, emerger. Sueño con animales marinos mostrando sus lomos al cielo en medio del océano. Cetáceos que emigran para aparearse en aguas tranquilas.

  ¿Qué sueñan ellos mientras duermen ,las ballenas azules.o los delfines que lo hacen con un ojo abierto?

  Se que los gatos sueñan porque he oído al mío maullar en sueños cuando duerme a mis pies.

  Cuando un animal muere mueren también con él sus sueños, tan hermosos que nadie todavía ha sido capaz de verlos


domingo, 3 de enero de 2016

Lo que falta



   Veo dos vasos de refresco abandonados en la salida de emergencia de un Mc Donald`s  y pienso que faltan dos chicas jóvenes que hace un rato reían presas de sus revueltas hormonas adolescentes.

   Entra en el bar un señor al que le falta la corbata y veo una estantería llena de revistas y libros a la que le falta, sin duda. un par de buenos clásicos.

   Una de las bombillas de un aplique está fundida, hace ya días. Pasa  un niño de la mano de su madre al que le falta ir a la escuela pues está de vacaciones


   Falta también un poco de silencio y de compasión, así en general, pero ese es otro tema y falta, sobre todo en el mundo, sensibilidad, es decir, inteligencia, y mucho, mucho amor.

viernes, 1 de enero de 2016

En el chino.



   Un martes de cada dos, a eso de las diez de la mañana ,mi recorrido diario me lleva a un bar regentado por un chino. Siempre tiene la tele alta con las noticias, pero no me importa porque el espectáculo está allí mismo y no necesito leer ni sacar los auriculares para aislarme, sólo tengo que sentarme en un rincón y esperar:

- ¡Buenas noches! grita mientras entra un señor que ya va pasado de vino, y el chino sin mediar palabra le pone un vino.
- ¡Jooder, continúa gritando, pero qué les costará poner las páginas del periódico bien! ¡En su casa no harán lo mismo!.

Estoy seguro de que las páginas del periódico están en perfecto orden y de que el que está "desenfocado" como diría Woody Allen, es él.

- El peliódico  mío, replica el chino.
- ¡Bueno bueno que no me quiero enfadar! grita el hombre ya fuera de sus casillas.

 A todo esto entra una nueva clienta;

-Buenos días, un cortado y tres churros.
- Coltado tre churro malchando, contesta el camarero, y una vez que se los pone la señora dice:

- Muy buenos los churros.
- ¿Feos? contesta el oriental.
- No, no, muy buenos.
- Si, si buenos pero feos, no salil bonitos.
 la señora insiste "buenos buenos".

  Y yo que he pagado mi cortado  al principio en previsión, me escabullo antes de que la cosa degenere más, dejando allí a la señora, al borracho enfadado y al pobre chino deprimido porque los churros no le salen bonitos, que pobre, alguien debería decirle que los churros son así de feos y que en este mundo no se puede tener todo, la señora, el borracho, los periódicos y encima los churros buenos y bonitos, a donde va a parar.