viernes, 13 de julio de 2018

Investigando sobre la sordera funcional

hace muchos años que insisto en la idea de la sordera funcional, que sufren personas que estando capacitadas para escuchar no lo hacen. Digo siempre que este es un hecho dramático,  sobre todo porque no se le puede explicara a alguien que no escucha que no escucha, porque no escucha.

Como no es bueno dejar de pensar en algo cuando uno llega a una conclusión, he seguido investigando y he llegado a una nueva conclusión que es la siguiente:

La sordera funcional es sólo un síntoma de un mal mayor: La falta de amor , porque para escuchar al otro sin oponer resistencia, para dejar que las palabras lleguen a lo más profundo de uno mismo, hace falta confiar en ese alguien, como un gato confía en alguien cuando deja que le acaricie la barriga, que es la parte  más vulnerable de su cuerpo.

Para escuchar hace falta en cierta medida amar, o al menos no adoptar la posición defensiva del que espera a un enemigo.

Todo se reduce, en realidad a la falta de amabilidad y de amor. Ser amable es ser susceptible de ser amado y la escucha, es por tanto, un acto de amor.

miércoles, 11 de julio de 2018

Hacer

Me cruzo en mi camino con una residencia para personas con discapacidad mental, en sus jardines, a esta hora de la tarde desiertos, se pueden ver unas pistas de petanca.

Me figuro que la persona que diseñó el centro, pensó que jugar a la petanca era algo que las personas que vivieran allí podrían hacer.

En mi divagación de unas lineas más arriba  aparece la palabra "hacer" y en esto, en "el hacer", estamos todos a la par.

Hacer, hacer lo que sea, con tal de sobrellevar esta torrentera de tiempo, que sin saber el  porqué, se nos ha venido encima, con la vida.

martes, 10 de julio de 2018

Insectos

Convertido por los años en un ser sin par, observo en mis paseos a los vagabundos que en sus nubes etílicas, sestean al sol de la mañana, tumbados en el césped de los parques, ignorando el zumbido de los insectos y compartiendo con ellos su destino.

Siento envidia de ellos porque ya no luchan y porque ya conocen su futuro: Un poco más de calor, un poco más de vino y de vida y después, con los primeros fríos, un último viaje al sur, o en su defecto un suave descenso por el río hacia el descanso eterno.

sábado, 7 de julio de 2018

Claros

Se van abriendo claros entre las nubes y entre cada uno de mis pensamientos, y en esos huecos, como dijo el sabio, encuentro la paz.

Transporto esta táctica del mundo abstracto de la mente al concreto de la vida, pues ya se sabe que cuando un problema es grande conviene dividirlo en trozos más pequeños, y voy obteniendo espacio entre mis diversas actividades físicas, desmigando el tiempo en infinitas partes dentro de otras partes.

Siendo consciente de todos estos segundos divididos, llenos de grietas por donde escapa una luz inmensa, llego a ser todo lo libre que yo puedo ser, estando todavía dentro del mismo tiempo.




viernes, 6 de julio de 2018

Palabras

Nos conformamos con emitir palabras, aunque todos sabemos que las cosas más importantes no se pueden comunicar con ellas.
Nos quedamos con nuestras peroratas y con nuestros interminables monólogos, en vez de intentar mejorar el lenguaje,  para que esa comunicación defectuosa pueda algún día ser completa.
En el fondo nos resignamos también a que los conocimientos y las emociones puedan ser como mucho comprendidas por medio de la intuición,  pero nunca enseñadas

jueves, 5 de julio de 2018

Chimenea

He vuelto a sentir el frío del humo que se congela saliendo del tiro de la chimenea

Humo todavía tibio helado en pleno movimiento, como se hiela el oleaje del Báltico al llegar a las playas. Justo en el momento de alcanzar su cresta, al abandonar por un instante las aguas para bañarse en la frialdad del aire, la ola se transforma en hielo y se quiebra por su por su propio peso y por el empuje de la siguiente ola que llega , se eleva se hiela y se parte.

martes, 3 de julio de 2018

En mis sueños música y Bach

En mis sueños, de noche, sentado en la banqueta de un pequeño clavecín de viaje rodeado de velas, en camisón, sin peluca, y con un gorro de dormir del que cuelga la consabida borla de lana blanca, se sienta el gran Bach, que toca Las Seis Partitas de principio a fin.

Me quedo en la esquina del cuarto para no interrumpir mientras él canturrea sobre el clave algunas de las melodías principales.

Cuando por fin termina gira hacia mi su gran cabeza, me mira desde la profundidad de sus ojos hundidos y azules, casi violetas  a causa de la iluminación de la sala, y con una voz profunda y suave me pregunta:
- ¿Es esto un sueño?
- Sí, lo es, musito mientras una oleada de placer recorre mi médula espinal al saberme soñado yo también por él. Me repongo y le digo:
- Es magnífica, es perfecta.
- ¿Tú crees? Está acabada y a pesar de ello siento que le falta algo. Llevo noches enteras sin dormir, repasando la partitura una y otra vez, y no lo encuentro, no lo encuentro. Si sigo así me quedaré ciego.
- Puede que tengas razón, contesto. Es perfecta y está acabada, pero aun así sientes que le falta algo que no puedes encontrar, porque todavía no existe.
- Eso es, eso es, dice aliviado. ¿Es esto posible? ¿Y tú cómo lo sabes?
- Lo sé porque soy un soñador del futuro. No sé si debería decirte esto, pero por alguna razón estamos soñándonos el uno al otro. Como sabes, hace poco se ha inventado el pianoforte, poco a poco se irá perfeccionando, se escribirán miles de piezas para este instrumento que acabará por llamarse piano. Digamos que en muchos aspectos sustituirá al clavecín, continué. En el siglo XX nacerá un interprete llamado Glenn Gould, dotado de una técnica y de una sensibilidad asombrosas. Él transcribirá Las Seis Partitas al piano y muchas otras de tus obras y será célebre en todo el mundo por ello. También canturreará mientras toca, como haces tú.
- Fantástico, un tal Glenn Gould,  exclama él mientras su cara, tensa hasta ese momento, se deshace en una risa entre infantil y risueña que sale de su pecho haciendo que vibre su papada y que la borla de su gorro se meza y golpee su cabeza.
- Oye, oye, me pregunta ¿ Y cómo será la música del futuro?
- Será magnífica, brillante, alegre, luego sera melancólica, patriótica, y finalmente unos genios locos la desmontarán por completo, como quien poda un árbol para que crezca de nuevo lleno de vida.
- La música avanza, avanza, estupendo, estupendo. Entonces ¿Mi obra está acabada? ¿Estás seguro?
- Ya lo creo, ya puedes descansar tranquilo.
- Eso me gustaría, pero me temo que me estoy despertando.

La figura de Johann se desvanece en mi sueño y esto hace que yo también me despierte, quedándome con las ganas de darle las gracias por tanta belleza y por haber sacado con su música tantas vidas a flote, aunque creo que todo esto,  ahora en el presente, esté donde esté, él ya lo sabe hace mucho, mucho tiempo.