La chica de al lado tiene pinta de actriz. Nadie sabe muy bien que hace allí en medio del bar sentada con un señor calvo y con la que parece ser su mujer. Está claro que tampoco es su hija.
Me fijo un poco más y veo que ni el señor calvo ni su mujer hablan con ella. Ella sólo les mira y se ríe. Creo que es un holograma, una alucinación, porque me mira con una mirada fuerte y profunda, como si realmente no me viera.
Apoya su cabeza en la mano, está claro, le están aburriendo Quizá quiera venir a sentarse conmigo en mi mesa, pienso, y le dedico una última mirada mientras ella se desvanece en el aire.