jueves, 9 de junio de 2016

Las dos caras de la moneda.

 Normálmente nos decidimos por el placer que como sabemos tiene el dolor como su inevitable consecuencia, así que preferimos primero el placer y después sus consecuencias. Placer y dolor forman parte de la misma moneda.

  Los practicantes de ciertas modalidades sexuales,sin embargo, prefieren actuar a la inversa, se procuran dolor, con su correspondiente dosis de adrenalina y dejan así para el final el placer, que llega inevitablemente después, aunque sólo sea como ausencia de dolor que ellos mismos se procuran.

  Esto es como poco curioso y me hace pensar que al final llegamos siempre al contrario del contrario y viceversa, sea lo que sea que hagamos. Estamos atrapados en la dualidad de las cosas, qué se va a hacer.

miércoles, 8 de junio de 2016

Punto muerto

  Un punto muerto, una parada absoluta.

   Pesas como un bloque de cemento, no puedes moverte y tampoco hay una dirección hacia la que escapar.

    Eso es un punto muerto. Es casi como un agujero negro pero a diferencia de este, por desgracia, no te engulle.

   Para engullir hace falta estar vivo y en un punto muerto todo, incluso tu, esta inmóvil, como muerto, como el punto muerto.

lunes, 6 de junio de 2016

Camarera

  A veces voy a un bar cercano a la biblioteca. Lo atienden el jefe y una mujer a la que lo mismo se le puede ver en la cocina,limpiando o sirviendo cafés.

 Es algo mayor o también podría ser que parezca mayor de lo que es a causa de su aspecto cansado y de su delgadez.

  Realiza su trabajo con gran perfección pero su cara y  sus gestos transmiten tristeza y desesperanza.

  Que guapa estaría si pudiera sonreír.

domingo, 5 de junio de 2016

Pantalones

   Al salir a la calle veo una pareja joven , entre veinte y veinticinco años.

   Van vestidos con ropa deportiva y mientras él habla por teléfono ella le baja un poco el pantalón del chandal para que le quede mejor, más al gusto de la moda actual.

   Me parece un gesto muy íntimo, muy personal, casi maternal, casi erótico porque deja entrever  otros gestos más corpóreos.

   Imagino que esta noche han estado haciendo el amor y me alegro por ellos.

   Sigo caminando por el Paseo de la Independencia e intento adivinar cuantas de las personas con las que me cruzo han hecho lo mismo que los chicos esta noche.

   Así caminando solos, sin interactuar más que con el asfalto resulta difícil de saber.

   Pienso que aunque el porcentaje sea bajo me encuentro de todas formas entre un montón de cerebros bañados por los efluvios de las hormonas del sexo y esta visión me reconforta y me reconcilia un poco con la vida.


viernes, 3 de junio de 2016

La máscara blanca

    Los actores comienzan su aprendizaje poniéndose una máscara blanca, sin expresión alguna.

    Hay quien no puede con ella, te quita tus gestos, tu propio yo. Es necesario impedir la acción de la propia personalidad para poder ser otro. De hecho persona en griego significa máscara.

    Dentro de ti, dentro de todos, hay algo que aparece cuando cambia la cara, como en el caso de la máscara, o cuando cambiamos de ropa.

     Ponte un sombrero del lejano oeste, un tricornio, un bombín o un gorro mexicano y tu pesonalidad experimentará un cambio, repentino e inevitable, tu cerebro entra en otra función.

       Hoy sólo quiero plantear esta cuestión, por eso únicamente he hablado de lo que se pone en la cabeza.


        Imagina lo que pasa si te cambias las ropas de más abajo.


jueves, 2 de junio de 2016

Un padre enorme



    Un padre enorme, casi de dos metros de altura, ancho de hombros cargado de kilos de más, de su mano se agarra  un niño pequeño, pequeño, rubio, perfecto, diciendo ¡nó, nó nó!

   "Alex por favor" susurra el padre enorme y es entonces cuando se ve el poderío del pequeño frente a la paciencia del padre y la suavidad con que lo convence con un "por favor" a medio camino entre una suave caricia y una amenaza velada.

miércoles, 1 de junio de 2016

El Ama

   Después de hacer que se desnude y  de que le reciba arrodillado, de la forma en que los musulmanes rezan, después de hacer que lama sus pies, de utilizarle de mesilla y de cenicero, de atarlo, azotarlo de mil maneras, de aplicarle cera, pinzas por los más recónditos lugares de su cuerpo, después de masturbarle cien veces y cien veces impedir en el último momento que llegue al orgasmo.

   Después de toda una tarde de suplicios voluntariamente aceptados, el Ama da por finalizada la sesión y suelta a su esclavo.

- Gracias Ama, dice el sumiso ¿desea  algo más mi Ama?
 A lo que ella contesta:

- Nada más , puedes retirarte, descansa y sueñame.
 Entonces el esclavo dice

- Gracias Ama , a sus pies . Y después se retira, descansa, y le sueña.