viernes, 27 de septiembre de 2013

Los vendedores de juguetes

 
 Recuerdo hace unos años cuando una ministra, no recuerdo de que gobierno, apareció en los medios diciendo que se iba a prohibir que  los juguetes y los cromos se utilizaran como reclamos para venderles a los niños comida basura. Estuve pendiente de esta noticia unos meses, me interesaba mucho porque yo tenía una juguetería.
   Un día pasó por la tienda un representante de juguetes que con el tiempo se hizo también amigo y le saqué la conversación. El me dijo:

- Ya te puedes olvidar.

sábado, 21 de septiembre de 2013

cosas viejas, cosas nuevas


Antes, los objetos tenían una vida útil  e incluso emocionalmente satisfactoria para ellas mismas. Uno podía volver a casa de sus padres un domingo y abrir una botella de vino para la comida con el mismo sacacorchos que ya estaba en la casa cuando era pequeño.
Los objetos nos traspasaban su satisfacción haciéndonos recordar episodios de nuestra infancia  o de otras épocas y por ello existía armonía entre ellos y nosotros.  Nos daban seguridad y serenidad.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar

¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase, correcta pero siempre interpretada de una forma superficial? Esta es la matraca con la que los mayores atormentan a los niños para que ordenen sus cuartos, pero generalmente esos lugares elegidos por los padres no son los correctos porque solo son buenos desde el punto de vista visual o, en el mejor de los casos, funcional. No se eligen los lugares verdaderamente adecuados. ¿Está este libro de Murakami que ya hemos leído correctamente ordenado en la estantería junto con los otros libros ya leídos? Superficialmente sí pero, ¿no estaría ese libro mucho mejor en una biblioteca pública donde todos pudiéramos leerlo? ¿Y no estaría mejor también en las manos de mi amiga Ana que es fan de Murakami?

martes, 10 de septiembre de 2013

El Porvenir


No es lo mismo “el porvenir” que “el por llegar”. El porvenir está lleno de ilusión o al menos de esperanza.
            Cuando la ilusión y la esperanza desaparecen llega “el por llegar”, que es vivir en el presente pero no de una forma voluntaria como haría un maestro zen.
            El por llegar viene cuando ya no se espera nada de la vida, ni bueno ni malo. Ya no se trata de ser o de llegar o de llegar a ser o de hacer o de dejar de hacer o simplemente de tener. Solo se trata de “estar”, como hacían nuestras abuelas.
                ¿Qué hace, abuela?
                Pues que voy a hacer, nada, estarme.

lunes, 9 de septiembre de 2013

La señora del tren


Voy en un tren regional entre Zaragoza y Vila-Seca. Hay una señora que sube al tren en todas las paradas y que siempre mira mi bocadillo con envidia y con recelo.
No hablo en sentido figurado, no digo que suban mujeres que se parecen. Digo exactamente lo que he dicho. Digo que la misma mujer gorda y mayor sube por la puerta de mi vagón en cada estación.
Sé que no estoy loco, al menos de momento, así que solo se me ocurre una explicación plausible: que también baje la señora en todas las paradas por la puerta de otro vagón para volver a subir por la puerta del mío y hacer como que coge muchos trenes, como que viaja mucho desde muchos lugares diferentes.
¿Lo hace para aprovechar el viaje? ¿Se aburre? ¿Es supersticiosa y cree que si no sube y baja en cada estación el tren descarrilará? ¿Está loca? ¿Se considera a sí misma una especie de superheroína protectora del tren? Pero sobre todo, si es así, ¿por qué mira con envidia y con recelo mi bocadillo cada vez? Al fin y al cabo no es una gallina y dentro solo lleva queso.

sábado, 31 de agosto de 2013

El día que lo pierdes todo.

El día que lo pierdes todo no lo pierdes todo, eso es imposible: toda moneda tiene al menos dos caras.

Pierdes, eso es cierto, al amigo que no se entera de tu pérdida y lo tratas dentro de tus pensamientosde insensible, aunque no le digas nada porque sabes que en el fondo nunca estuvo en tu lugar ni en ninguna otra parte que mereciera la pena ser vivida.

El día que lo pierdes todo recuperan su pasión y su angustia, las viejas canciones y la noche entera, todo su insomnio.

El día que lo pierdes todo recuperas la razón y ella a su vez recupera su tristeza y su rabia, que son la antesala de la fuerza que necesitas para seguir adelante.

El día que lo pierdes todo pierdes también el respeto por tus enemigos: a veces una pérdida es una gran ganancia.

Recuperas el cuerpo, que es lo único que siempre te queda y también recuperas, cómo no, tu dignidad y tu orgullo.

Descubres que puedes seguir escribiendo en las situaciones más adversas pero, sobre todo, el día que lo pierdes todo ganas el conocer en un solo instante la medida exacta de todas las cosas, de la gente y de la grandeza de algunos de los que te rodean.

jueves, 22 de agosto de 2013

Zapatos nuevos zapatos viejos

Zapatos nuevos zapatos viejos

Me sorprendo mirando zapatos de verano delante de varios escaparates, pero lo cierto es que si lo pienso tengo varios pares que, aunque no son nuevos, tampoco están mal. Pienso en qué es lo que se esconde tras esta pequeña compulsión. Está claro que la sociedad te impulsa al consumo, que los escaparates son atractivos, pero también creo que las personas son en general inteligentes y conocen las estrategias del mercado, así que tiene que haber una razón más profunda.